domingo, 25 de abril de 2010

NOVECENTISMO

NOVECENTISMO (O GENERACIÓN DEL 14)

SITUACIÓN INTERNACIONAL DESPUÉS DE LA GUERRA DE 1914

La civilización liberal europea se derrumbó con la Gran Guerra (1914-1918). Además de provocar el horror como nunca antes se había sentido por el enorme número de muertos y heridos (costó la vida a ocho millones y medio de personas), el conflicto bélico dejó a los países vencedores, excepto a Estados Unidos, en la bancarrota y ocasionó el desmoronamiento de buena parte de los regímenes europeos.

Tras la guerra, Europa se hunde en una depresión económica que no será superada hasta 1922. La situación en el interior de los estados era asimismo preocupante: los bajos salarios y el elevado número de parados hacían que progresasen las asociaciones obreras, que exigían a los gobiernos reformas sociales.

ESPAÑA se mantuvo neutral durante la Primera Guerra Mundial. Como consecuencia aumentó notablemente la demanda exterior. No obstante, las propias características del capitalismo español propiciaron que la acumulación de capital no se destinara a un reorganización de la industria, sino que fuera absorbida por los bancos y se empleara en compras de fincas y en la construcción de edificios. Los extraordinarios beneficios empresariales tuvieron su contrapartida en el empobrecimiento de la mayoría de la población, ya que la fuerte subida de los precios, derivada del conflicto bélico y de la especulación, no fue compensada por ninguna subida salarial.

El resultado de todo ello fue la intensificación de la lucha de clases que tuvo como manifestación culminante la huelga general de 1917, la cual paralizó toda la actividad durante una semana. Las aspiraciones populares fueron atajadas mediante la declaración de la ley marcial y la brutal actuación del Ejército.

Con el golpe militar de Primo de Rivera en 1923 termina la Restauración y se inicia la etapa de la dictadura.

El Novecentismo literario

Se conoce como Novecentismo el movimiento cultural característico de la segunda década española del siglo XX. La decadencia del Modernismo durante el segundo lustro del siglo es patente. Los intelectuales novecentistas (Ortega y Gasset, Eugenio d’Ors, Manuel Azaña, Marañón, Pérez de Ayala...) se convirtieron en los escritores que al lado de los ya consagrados, como Unamuno, Juan Ramón Jiménez, Antonio Machado o Valle-Inclán dominaban el panorama cultural español. Lo significativo de la fecha de 1914, cuando comienza la Primera Guerra Mundial y parece con ello que concluye social y políticamente el siglo XIX, ha hecho que a los novecentistas se les suela denominar también con el marbete de generación del 14.

El Novecentismo supone la consolidación de un tipo de intelectual diferente. Ya no se trata de los bohemios modernistas, sino de profesionales (filósofos, científicos, filólogos, juristas...) sólidamente formados, titulados universitarios, muchos de los cuales han proseguido estudios en el extranjero. Estos orígenes intelectuales explican muchas de las características comunes a estos escritores:

  • Racionalismo. Frente al irracionalismo modernista, los novecentistas persiguen el rigor intelectual, el análisis frío y objetivo de las circunstancias y la claridad expositiva.
  • Antirromanticismo. Se rechaza lo sentimental y lo pasional y, por el contrario, se prefiere lo clásico, las actitudes equilibradas y serenas y la expresión intelectualizada de las emociones, lejos de todo patetismo.
  • Defensa del “arte puro”. El arte ha de tener entidad por sí mismo y debe estar bien diferenciado de disciplinas como la sociología o la psicología. El arte tiene que limitarse a proporcionar placer estético y no ha de ser vehículo de preocupaciones religiosas o políticas ni de emociones privadas. Frente al arte como expresión de la vida, tan característico de escritores como Baroja, el arte es ahora concebido como algo autónomo de la vida, lo que conduce en ocasiones a convertirlo en un mero juego intelectual, que raya muchas veces en la frivolidad.
  • Aristocratismo intelectual. La búsqueda de la objetividad y de la perfección casi matemática no sólo en las ciencias, sino también en las humanidades, hace que los textos de estos autores se dirijan necesariamente a entendidos. Ello es también así en el campo artístico.
  • Estilo cuidado. El ideal de obra “bien hecha” lleva a una extrema preocupación por la concepción y estructura de las obras y por su lenguaje, con lo que se rechaza tanto el oropel modernista como el realismo chato y vulgar y se persigue un estilo pulcro y depurado.

La actividad de los escritores novecentistas pretende también influir en la realidad española de su tiempo. Participan los autores, por tanto, con asiduidad en la vida política de la época. Se presentan como decididos europeístas, porque consideran que la modernización social, política y cultural de la vieja y rezagada España no puede tener otro horizonte que el de la Europa industrializada y liberal. De hecho, incluso en el campo de la ciencia, el secular atraso español, se ve mitigado de la mano de notables científicos. Entre ellos destaca, sin duda, la figura de Santiago Ramón y Cajal, cuyos trabajos sobre el sistema nervioso fueron reconocidos en 1906 con el premio Nobel de Medicina y Fisiología.

EL ENSAYO

El carácter intelectual de los escritores novecentistas, su marcada tendencia a la reflexión y la abundancia entre ellos de críticos, filósofos, historiadores, eruditos, profesores, etc., hacen que el género del ensayo, por su carácter flexible y divulgativo, sea una de sus formas de expresión preferidas.

Los autores destacados son José ORTEGA Y GASSET, Eugenio D’ORS, Manuel AZAÑA, Gregorio MARAÑÓN, José BERGAMÍN y Julio CAMBA.

[Es conveniente consultar los autores por el libro de texto]

LA NOVELA

La diversidad novelística durante la época es notable y, al lado de la novela que más propiamente puede considerarse novecentista, abundan los relatos que, de un modo u otro, continúan orientaciones estéticas anteriores. Así, nos encontramos todavía con un realismo de corte tradicional en Concha Espina (1877-1955) con novelas como La esfinge maragata (1914) o El metal de los muertos (1920). También prolonga la tendencia realista, pero con un tono frecuentemente humorístico y, a menudo, irónico, escéptico y desengañado, el gran escritor gallego Wenceslao Fernández Flórez (1879-1964), Premio Nacional en 1926: Volvoreta (1917), El malvado Carabel (1931), El bosque animado (1943)…

Sigue teniendo durante la segunda década del siglo un gran éxito editorial la novela galante o erótica, aunque sus autores edulcoran cada vez más el áspero tono naturalista que había caracterizado este subgénero en sus inicios. No debe olvidarse tampoco que por estos años se publican nuevas novelas de escritores ya consagrados como Baroja o Unamuno, en tanto que otros como Valle-Inclán buscan también en la narrativa la superación del Modernismo. Aparecen además nuevos novelistas de voz propia: José LÓPEZ PINILLOS, Eugenio NOEL, Manuel CIGES APARICIO, Manuel VILLALONGA, Benjamín JARNÉS,...

En definitiva, la intención estilística más renovadora se advierte en la novela lírica de Gabriel MIRÓ, en la novela intelectual de Ramón PÉREZ DE AYALA, y en la novela vanguardista de Ramón GÓMEZ DE LA SERNA.

[Es conveniente consultar los autores por el libro de texto]

El comentario de textos

Entre los muchos modelos que existen de comentario de textos, os dejo éste que tantas veces me habéis solicitado. Como os he dicho en varias ocasiones, el comentario es personal y cada texto pide un comentario diferente. Bien es cierto que hay aspectos que son imprescindibles en el comentario, pero no podemos forzar a los textos a que entren en un esquema obligatoriamente, condenados a ser leídos y analizados con sólo una óptica, siguiendo un guión que no les permite respirar ni expresarse como son, lo que por otro lado a nosotros tampoco nos permitiría verlos libres de cadenas.

De todas formas, en este esquema incluyo algunos consejos, y si a alguien le vienen bien, bien está.

ESQUEMA PARA EL COMENTARIO DE TEXTO

NOTA: hay que analizar conjuntamente lo que el texto dice y cómo lo dice. Puede haber distintas explicaciones válidas a un mismo texto. Los resultados del comentario dependerán en parte de la agudeza, la cultura, la sensibilidad, los intereses, el enfoque o el estilo de quien lo realiza. Por lo tanto no puede existir un único método o modelo. En cambio, sí es posible seguir un cierto orden basado en unos principios fundamentales. La facilidad en el comentario sólo se consigue mediante la reflexión y la práctica.

Consejos para hacer un buen comentario de texto.

- Evitar parafrasear el texto.

- Leer despacio para "descubrir" lo que el autor quiso expresar.

- Concebir el texto como una unidad en la que todo está relacionado.

- Comprobar que la explicación no olvide ninguno de los aspectos esenciales.

- No usar el texto para explicar detalladamente la vida y obra del autor ni temas ajenos a él.

- El comentario métrico no debe convertirse en una explicación técnica de la estrofa.

- El comentario no puede ser un simple inventario de figuras literarias.

- Ser sincero en el juicio crítico.

Una vez más, este esquema sólo pretende ser una ayuda para adquirir un primer sistema y evitar quedarse solo ante el texto sin saber qué hacer.

  1. LECTURA COMPRENSIVA Y LOCALIZACIÓN DEL TEXTO (¿Qué dice?, ¿para qué lo dice? – intención del autor-, y ¿cómo lo dice? – organización del texto-.)

Comprensión del texto

  • En una primera lectura atenta se debe tratar de entender el texto. Si no se entiende alguna palabra habrá que intentar deducirla por el contexto.
  • La segunda y posteriores lecturas deben llevarte a subrayar palabras o párrafos importantes, a hacer anotaciones.

[Se valorará que identifiques el tipo de texto propuesto, tanto desde su variedad del discurso (expositivo, argumentativo, descriptivo, narrativo o dialogado), como desde su ámbito temático (científico-técnico, humanístico, jurídico-administrativo, periodístico o literario). Tendrás que precisar en ocasiones el género o subgénero del mismo.]

Localización del texto

Debemos acotar el texto en dos aspectos: como texto literario en sí; como obra dentro de la Historia de la Literatura.

  • Como texto literario puede pertenecer a varios géneros: lírica, épica, dramática,...
  • Subgénero: novela, cuento, comedia, tragedia, égloga, elegía, epístola, ensayo, etc.
  • La forma: prosa o verso.

Como obra inserta dentro de la Historia de la Literatura:

  • Autor, obra, período, movimiento,...
  • Características generales de la época (sólo las que afectan a la obra).
  • Características del autor que se reflejan en la obra y momento de esa obra en la trayectoria del autor.
  • Características derivadas del lugar que ocupa el fragmento en la obra.
  • Fuentes e influencias que se manifiestan en el texto.

En cuanto a la relación del autor con el texto, convendría comentar el punto de vista del autor:

- en un texto lírico, predomina la actitud subjetiva;

- en un texto narrativo suele predominar la actitud objetiva (aunque depende del punto de vista del narrador). Los tipos de narrador pueden clasificarse en:

a) Narrador omnisciente: actúa con un conocimiento completo de todo: sentimientos, pensamientos, etc. Presenta a los personajes en tercera persona y describe todo lo que éstos oyen, ven y sienten aunque no esté presente ningún otro personaje.

b) Narrador objetivo: Es un observador imparcial y no puede adentrarse en el mundo interior de los personajes. Utiliza la tercera persona.

c) Narrador testigo: es un personaje secundario o testigo que no participa en la acción. Combina la primera persona y la tercera.

d) Narrador periférico: el narrador adopta el punto de vista de un personaje secundario que narra en primera persona la vida del protagonista.

e) Narrador protagonista: el personaje central narra su propia historia en primera persona. Pueden coincidir autor y narrador (autobiografía) o no.

f) Segunda persona narrativa: el narrador se dirige a un personaje ausente, al lector o a sí mismo.

- en un texto dramático, el autor suele distanciarse, si bien puede adoptar el punto de vista de alguno de sus personajes.

  1. ANÁLISIS DEL TEXTO

En primer lugar debemos determinar el tema y la estructura.

  • Tema:

a) Características del tema: tradicional o innovador, amoroso, moral, social,...

b) Si es un tópico literario (carpe diem, ubi sunt, locus amoenus). En tal caso debe explicarse y justificarse en relación con la época a la que pertenece.

c) Si es un tema habitual del autor o de la corriente literaria a la que pertence.

  • Estructura: la división del texto en partes relacionadas entre sí. Se trata de definir claramente las partes en que se divide el texto y el tipo de relación que se establece entre ellas.

Análisis de la forma y el contenido

Un texto literario supone una unidad de intención. El texto literario es el resultado de un uso muy particular de la lengua. Un texto literario se diferencia por el uso que hace de la lengua para crear un mundo mediante la palabra con normas distintas a las del uso normal de la lengua. La finalidad de la literatura es esencialmente estética, pretende crear belleza. Por tanto, el texto literario se caracteriza por el predominio de la función poética del lenguaje y por la connotación, que es especialmente relevante (la palabra poética no se agota en un solo significado).

No es posible, en ningún caso, separar lo que dice el autor de cómo lo dice, el contenido de la forma. Cada rasgo formal que encontramos en el texto refleja algo del contenido.

Sin perder de vista la relación contenido/forma, podemos estructurar en tres apartados los rasgos formales del texto literario, dependiendo del plano de la lengua al que afectan: nivel fónico, nivel morfosintáctico, nivel léxico-semántico. Nunca debe presentarse un comentario en el que los diferentes planos estén organizados de forma independiente y separada. Esta división sólo sirve para organizar ideas y delimitar ciertos aspectos, para evitar que se escapen detalles.

a) Plano fónico: Si estamos ante un texto en verso, en primer lugar debemos realizar el análisis métrico y después explicar la estrofa y el verso. Se puede comentar el ritmo acentual si es relevante y las figuras que afectan al plano fónico: aliteración, onomatopeya, paronomasia...

b) Plano morfosintáctico: Son las categorías gramaticales y su combinación sintáctica.

- Si destaca el uso nominal frente al verbal es que predomina el estatismo sobre el dinamismo y el ritmo, por tanto, es más lento. Si abunda el uso de sustantivos concretos sobre los abstractos puede predominar la objetividad sobre la subjetividad. También se observará el uso de afijos o sufijos de carácter subjetivo.

- Es de especial relevancia el uso del adjetivo como elemento embellecedor de la lengua literaria: ayuda a hacer valoraciones subjetivas, clasifica y transforma la realidad, resalta cualidades... Prestaremos especial atención al epíteto.

- Si lo que predomina es el uso de verbos el texto será dinámico, narrativo. Los subjuntivos denotan subjetividad. El imperfecto es más descriptivo que narrativo.

- Las figuras que afectan al plano morfosintáctico son: epíteto, pleonasmo, asíndeton, polisíndeton, anáfora, epanadiplosis, hipérbaton, paralelismo...

c) Plano léxico-semántico: frecuencia de determinados tipos de palabras, la selección, la riqueza,... También el uso de arcaísmos, cultismos, vulgarismos, etc. Tendremos que prestar atención a la connotación, la homonimia, polisemia y antonimia. Las figuras que afectan a este plano son muchas: homonimia, polisemia, antítesis, paradoja, juegos de palabras, perífrasis, ironía, hipérbole, personificación, metáfora, metonimia, símbolos, imágenes, etc.

El texto como comunicación

- Funciones del lenguaje que predominan en el texto. Actitud del autor frente al lector.

- Reacción que la lectura provoca: emoción, identificación, rechazo...

- Intención comunicativa dominante: informativa, lúdica...

- Posición del autor.

  1. CONCLUSIÓN Y JUICIO CRÍTICO

Podemos acabar con un brevísimo resumen que destaque los aspectos que más nos han llamado la atención por su fuerza expresiva, por la originalidad, por lo destacado en la trayectoria de su autor, trascendencia en la Historia de la Literatura o dentro del movimiento artístico con el que se relaciona. Se trata de hacer una síntesis que resuma las ideas principales de nuestro comentario, sin caer en la valoración de nuestros gustos estéticos particulares. Es especialmente importante dejar cerrado el comentario, que no dejemos un final abrupto ni incompleto.

jueves, 15 de abril de 2010

La venganza de don Mendo

Después de haber disfrutado de esta magnífica parodia, tan excesiva como divertida, nos han pedido desde el teatro que les contemos cuál ha sido vuestra impresión de la obra, qué os ha llamado más la atención, si os ha gustado o cualquier otra cosa que os apetezca decir. Podéis dejar aquí vuestros comentarios y después los recopilamos se los enviaremos. Gracias.

El bazar de las sopresas, de Ernst LUBITSCH

Una de las comedias románticas que merecen el calificativo de magistral es esta película de Lubitsch, dirigida magistralmente e interpretada con la magia habitual por James Stewart y Margaret Sullavan, en su tercera colaboración juntos. Uno, el dependiente más veterano de una tienda; ella, la nueva empleada, de carácter decidido. Los dos se llevan bastante mal, aunque los dos tienen en común que mantienen una relación por carta con una y un desconocido.

El conocido "toque Lubistch", ese secreto de elegancia y magia cinematográfica, brilla en esta joya como en otras de su autor. Junto a eso, la sutilidad y la fina ironía hacen de esta película una imprescindible de la Historia del cine.

Ahora que ya la habéis visto, podéis comentar qué os ha parecido, qué os ha gustado más o cualquier otro comentario que os apetezca.

sábado, 10 de abril de 2010

EL ESCRITOR, de Roman Polanski

La nueva película de Roman Polanski es una de las mejores recomendaciones que alguien puede hacer a alguien a quien aprecie. Se trata de una película pura de género pero con todas las características que hacen de Polanski un artista tan personal. Un escritor es contratado por una suculenta suma de dinero para escribir las memorias del primer ministro británico tras la muerte por supuesto suicidio del que anteriormente se estaba ocupando de la tarea. Las cosas resultan extrañas desde el principio, lo que desembocará en una trama tan bien planteada como desarrollada. Polanski demuestra su maestría como director haciendo uso de los planos de forma muy inteligente (no hay más que deleitarse con el desenlace de la película en el que lo que ocurre está fuera de plano), lo cual supone toda una lección de cine en poco más de dos horas. No faltan el humor negro, la ironía y los típicos personajes, absolutos perdedores, de casi todas sus películas. Además resulta una película muy hichcockiana, con mucha intriga en la que su director juega todo el tiempo con el espectador sin hacerle sentir estúpido.

Tremendamente entretenida, divertida e inteligente. No se puede pedir más.

sábado, 3 de abril de 2010

El club de los pirómanos para incendiar casas de escritores, de BROCK CLARKE


Lo último que imaginaba el adolescente Sam, cuando fascinado por las historias de su madre se introduce en la casa de Emily Dickinson, es que terminaría provocando un incendio que acabaría no solo con el venerado museo, sino también con la vida de un incauto matrimonio de profesores que aprovechaban unas horas de soledad para dar rienda suelta a su pasión en la vieja cama de la escritora. Tras pasar diez años en una cárcel de baja seguridad entre tiburones de Wall Street, Sam decide rehacer su vida. Rechazado por su entorno, ingresa en la universidad donde se decanta por la fascinante carrera en Ciencias del Envasado, tras desestimar por absurdos los estudios de Filología Inglesa. Allí se enamora, se casa y tiene dos niños adorables.

Su vida transcurre en la sencilla felicidad doméstica de una urbanización en «donde el silencio era tal que nadie se atrevía a cortarse las uñas en el porche delantero por si el ruido molestaba a algún vecino» Pero repentinamente el pasado llama a su puerta y cuando las casas de Robert Frost, Edith Wharton, Mark Twain y Nathaniel Hawthorne empiezan a arder, Sam se convierte en el principal sospechoso...

El título de la obra hacer referencia al libro que el propio protagonista escribirá al final de la novela. Es un personaje condenado a desempeñar un papel que nunca ha querido asumir. Divertida, ágil, entretenida, nos conduce hasta un final un poco amargo. A pesar de no ser una gran novela, creo que es recomendable porque tiene momentos interesantes, y nos hace reflexionar sobre algunas cosas, como el complejo de culpa, la sinceridad y los prejuicios. Y sobre todo, porque nos hace pasar un buen rato.