jueves, 25 de febrero de 2010

PALÍNDROMOS

Es una palabra o expresión que resulta lo mismo leída en un sentido que en otro. Nada mejor que un cuento de Augusto Monterroso para ilustrarlo:

Onís es asesino.

Nuestro idioma parece ser particularmente propicio para los juegos de palabras. Todos nos hemos divertido con los de Villamediana (diamantes que fueron antes / de amantes de su mujer); con los más recatados, si bien más insulsos (di, Ana, ¿eres Diana?), de Gracián, quien, hay que reconocer­lo, escribió un tratado bastante divertido, la Agudeza y arte de ingenio, para justificar esa su irresistible manía; con los de Calderón de la Barca (apenas llega cuando llega a penas); etcétera. Es curioso que sea difícil recordar alguno de Cervantes. Muchos años después Arniches (imagínate, mencionarlo al lado de éstos) llega a la cumbre. Como es natural, nosotros heredamos de los españoles este vi cio que, entre los escritores y poetas o meros intelectuales, se convierte en una verdadera plaga. Hay los que suponen que entre más juegos de palabras intercalen en una conver­sación (principalmente si ésta es seria) los tendrán por más ingeniosos, y no desperdician oportunidad de mostrar sus dotes en este terreno. Es dificilísimo sacar a un maniático de éstos de su error. Personaje digno de La Bruyere, no hay quien no lo conozca. A dondequiera que vaya es recibido con auténtico horror por el miedo que se tiene a sus agudezas, que sólo él celebra o que los demás le festejan de vez en cuando para ver si se calma. ¿Lo visualizas y te ríes? Pues tú tam­bién tendrías que releer un poco tu Horacio.
Son más raros los que llevan sus hallazgos a lo que escriben, aunque, por supuesto, mucho más soportables. Shakespeare aterra con sus juegos de palabras a los traductores (su merecido, por traidores), quienes no tienen más remedio que recurrir a las notas a pie de página para explicar que tal cosa significa también otra y que ahí estaba el chiste. Proust, tú sabes, los dosifica majestuosamente. En las traducciones de Proust las notas casi desaparecen: cuando habla de las preciosas radicales no se necesita ser muy listo para darse cuenta de que está aludiendo a las preciosas ridículas de Moliere. Joyce lleva las cosas a extremos demoniacos, por lo cual no se traduce Fianegan's Wake. Entre nosotros, recuerdo, han sido buenos para esto Rubén Darío:
Kants y Nietzsches y Schopenhauers
ebrios de cerveza y azur
iban, gracias al calembour,
a tomarse su chap en Auer's

y más cerca aún, Xavier Villaurrutia:

Y mi voz que madura
y mi bosque madura
y mi voz quemadura
y mi voz quema dura.

Pero lo anterior no tiene casi nada que ver con que Onís sea asesino, o con que amen a Panamá, o con que seamos seres sosos, Ada.
Ahora te lo explico. La otra noche me encontré al señor Onís, hijo del señor Onís, en una reunión de intelectuales. En cuanto me lo presentaron dije viéndolo fijamente a los ojos: ¡Onís es asesino! Cuando noté que, aterrado, estaba a punto de decirme que sí, de confesarme algo horrible, me apresuré a explicarle que se trataba de un simple palin droma. Qué gusto sentí al notar que el alma le volvía al cuerpo. Recuerda que palindromas son esas palabras o frases que pueden leerse igual de izquierda a derecha que de derecha a izquierda, según declara valientemente la Academia de la Lengua, aunque llamándolas palíndromos, como si no fuera mejor del otro modo. Los vimos en la escuela: ANILINA. DÁBALE ARROZ A LA ZORRA EL ABAD. ANITA LAVA LA TINA, etcétera.
Y es aquí donde los asesinos de salón que hacen juegos de palabras para acabar con las conversaciones se encontrarían con una verdadera dificultad. Pruébenlo. Hace ya varios años nos entregábamos a este inocente juego (lo más que requiere es un poco de silencio y mirar de cuando en cuando al techo con un papel y un lápiz en la mano) un grupo de ociosos del tipo de Juan José Arreola, Carlos Illescas, Ernesto Mejía Sánchez, Enrique Alatorre, Rubén Bonifaz Nuño, algún otro y yo. Durante tardes enteras o noches a la mitad tomábamos nuestros papelitos, trabajábamos silenciosos y allá cada vez nos comunicábamos con júbilo nuestros hallazgos.
Estas cuatro o cinco cuartillas quieren ser un homenaje y un reconocimiento al talento (entre otros) para el palindroma de Carlos Illescas, positivo monstruo de este deporte, quien de pronto levantaba la mano, pedía silencio y decía, como hablando de otra cosa: Aman a Panamá, o Amo la paloma, o sea AMAN A PANAMÁ o AMO LA PALOMA por cual quier lado que los mires o quieras amarlos; mientras nosotros, yo por lo menos, nos de batíamos repitiendo ROMA AMOR ROMA AMOR, para que él nos saliera al rato con algo tan humillante como esto: ADELA, DIONISO: NO TAL PLATÓN, O SI NO, ID A LEDA, lo que acababa de sumirnos en la desesperación y la impotencia.
Posteriormente leímos los famosos que el gran mago Julio Cortázar trae en «Lejana», de Bestiario:

Salta Lenin el atlas
Amigo, no gima
Átale, demoniaco Caín, o me delata
Anás usó tu auto, Susana.

Y recordábamos uno muy pobre o muy tímido de Joyce o que Joyce usó:

Madam, I'm Adam

y alguno que otro del idioma inglés (no muy bueno para esto, según entiendo):

A man, a plan, a canal: Panama.

Más tarde Bonifaz Nuño aportó la de claración antisinestésica:

Odio la luz azul al oído

y Enrique Alatorre el existencialista:

¡Río, sé saeta! Sal, Sartre, el leer tras
las ateas es oir;

y Arreola
Etna da luz azul a Dante;

en tanto que Illescas, como diligente araña, sacaba sus hilitos de tejer y destejer:

Somos laicos, Adán; nada social somos;

o el admonitorio
Damas, oíd: a Dios amad;
o el acusatorio
Onís es asesino;

o el preventivo y definitivo y ahora en plan de suave melodía de égloga virgiliana:

Si no da amor alas, sal a Roma, Adonis.

Después venían otros suyos sumamente extraños, ya dentro de la embriaguez en que se pierden los sentidos (que es la buena) y África y Grecia se abrazan en misterioso contubernio, como

Acata, sale, salta, acude, saeta afromorfa;
ateas educa, Atlas, el as ataca.

O lo que él llamaba palindroma de palindromas:

Somos seres sosos, Ada; sosos seres somos;

en el que cada palabra es también palindroma; o el palindroma ad infinitum:

O sale el as o... el as sale... o sale el as... o;

o, por fin, el palindroma político, en el que alguien pregunta: «¿Qué es la OIT (Organi zación Internacional del Trabajo)?», y se le responde:
Tío Sam más OlT

para rematar con algo que ya no le creíamos porque somos naturalmente desmemo riados y eso de Evemón se nos hacía sospechoso:
¿No me ve, o es ido Odiseo. Evemón?

y nos tenía que explicar que Evemón no era otro que Tésalo (ah, así sí), padre de Eurí pilo (claro), como fácilmente se podía ver en Ilíada II, 736; V, 79; VII, 167; VIII, 265; y XI, 575.

Ahora yo tengo que confesar que jamás pude ni he podido posteriormente hacer o encontrar un solo palindroma que vaya más allá de los ya dados por la madre naturaleza: oro, ara, ama, eme, etcétera, excepto uno que me costó horas de esfuerzo pero tan escatológico, para vergüenza mía, que me apresuro a ponerlo aquí: ¡Acá, caca! Sospecho que Mejía Sánchez tampoco, pues finalmente, cuando empezamos, por incapacidad manifiesta, a buscar un nuevo género, o sea los falsos palindromas (ejemplo: Don Odón, que suena pero no es), salió con uno falsísimo pero que a todos en un momento dado nos pareció auténtico, pues en esos días se hablaba del Premio Nobel para Alfonso Reyes:

Alfonso no ve el Nobel famoso,

que no se lee de atrás para adelante ni de broma; en tanto que Illescas, algo cansado de su facilidad, aceptaba con entusiasmo mi modesta proposición de estructurar una larga frase en español que, leída de derecha a izquierda, dijera lo mismo, pero en inglés, o en el idioma que en ese momento le pareciera mejor, o más difícil.

jueves, 4 de febrero de 2010

PEDRO SALINAS Y LUIS CERNUDA

LA VOZ A TI DEBIDA

Versos 494 a 521

Para vivir no quiero
islas, palacios, torres.
¡Qué alegría más alta:
vivir en los pronombres!

Quítate ya los trajes,
las señas, los retratos;
yo no te quiero así,
disfrazada de otra,
hija siempre de algo.
Te quiero pura, libre,
irreductible: tú.
Sé que cuando te llame
entre todas las gentes
del mundo,
sólo tú serás tú.
Y cuando me preguntes
quién es el que te llama,
el que te quiere suya,
enterraré los nombres,
los rótulos, la historia.
Iré rompiendo todo
lo que encima me echaron
desde antes de nacer.
Y vuelto ya al anónimo
eterno del desnudo,
de la piedra, del mundo,
te diré:
«Yo te quiero, soy yo».

Pedro SALINAS


Donde habite el olvido

Donde habite el olvido,
En los vastos jardines sin aurora;
Donde yo sólo sea
Memoria de una piedra sepultada entre ortigas
Sobre la cual el viento escapa a sus insomnios.

Donde mi nombre deje
Al cuerpo que designa en brazos de los siglos,
Donde el deseo no exista.

En esa gran región donde el amor, ángel terrible,
No esconda como acero
En mi pecho su ala,
Sonriendo lleno de gracia aérea mientras crece el tormento.

Allí donde termine este afán que exige un dueño a imagen suya,
Sometiendo a otra vida su vida,
Sin más horizonte que otros ojos frente a frente.

Donde penas y dichas no sean más que nombres,
Cielo y tierra nativos en torno de un recuerdo;
Donde al fin quede libre sin saberlo yo mismo,
Disuelto en niebla, ausencia,
Ausencia leve como carne de niño.

Allá, allá lejos;
Donde habite el olvido.

Luis CERNUDA



ACENTUACIÓN DE DIPTONGOS E HIATOS

Las cinco vocales españolas se distinguen en:

  • Abiertas: a, e, o.
  • Cerradas (o débiles): i, u.

El diptongo

Es la unión de dos vocales pronunciadas en la misma sílaba. Se considera que hay diptongo siempre que se da una de las combinaciones vocálicas siguientes:

  • Unión de vocal abierta + vocal cerrada, o viceversa (siempre que la vocal cerrada no sea tónica). Ejemplos:

cambiar fue salió caimán euro coincidir

Si la vocal cerrada es tónica nunca hay diptongo.

  • Unión de dos vocales cerradas (i, u) distintas:

viuda ciudad constituido jesuita

  • Hemos dicho que a efectos de colocación de la tilde, la “y” como consonante distinta de “n” ó “s”. Por tanto, no llevan tilde las palabras agudas terminadas en vocal + y, pero sí las llanas terminadas en esta grafía. Algunas de las palabras que terminan en –y cambian esta letra en i al formar el plural. Es importante no olvidar la tilde en los casos en los que sea necesaria:

jersey ® jerséis

NOTA: La h no tiene ningún efecto en los diptongos.

El triptongo

Es la unión de tres vocales pronunciadas en la misma sílaba. La estructura vocal cerrada + vocal abierta + vocal cerrada siempre constituyen un triptongo. Ejemplos:

guau averigüéis ensuciáis

Si una de las vocales cerradas es tónica nunca hay triptongo. Ejemplos:

abríais temeríais

El hiato

Es una secuencia de dos vocales pronunciadas en distinta sílaba. Hay hiato siempre que en la unión de vocal abierta + vocal cerrada o viceversa, la vocal cerrada sea tónica:

día caído leíste Raúl

También pueden ir unidas dos vocales cerradas iguales:

friísimo chiita

NOTA: a efectos de hiato, la h no tiene validez.

Palabras que admiten dos formas correctas

Olimpíada o olimpiada

Período o periodo

Cardíaco o cardiaco

Maníaco o maniaco

Aún y aun

  • Si equivale a “incluso” o “siquiera” se escribe sin tilde:

Aun enfermo, vino a mi casa (Incluso enfermo, vino a mi casa)

  • Si equivale a “todavía” se escribe con tilde:

Aún enfermo, vino a mi casa (Todavía enfermo, vino a mi casa)

Si en alguna ocasión, aun puede sustituirse por “incluso” o por “todavía” (sin valor temporal) y conservar el mismo significado, debe llevar tilde. Ejemplo:

Y aún te digo más: ni siquiera me llames.