sábado, 24 de octubre de 2009

ÁGORA de Alejandro Amenábar

A mí sí me ha emocionado. Algunos de los comentarios que escuché o leí sobre la película eran que resultaba fría y falta de emoción. No lo comparto. La nueva película de Amenábar es valiente y arriesgada al tratar un tema tan poco atractivo, en principio, como el de Hipatia, una filósofa preocupada por temas científicos en el siglo IV d.C. más que por cualquier otra cuestión; valiente también por la inversión económica que le sirve a su director para ofrecer un “peplum” atípico sin merma de la acción ni del atractivo visual; arriesgada por la denuncia de los fanatismos que puede proporcionarle algunas críticas.
Otro de los comentarios que se ha hecho sobre Ágora es que su director no conseguía unir los dos hilos argumentales. Creo que la alternancia de los conceptos religiosos y científicos estructura la narración de la película desde el comienzo: Hipatia enseña a sus alumnos por medio de preguntas como por qué sus pies están permanentemente en el suelo y otras teorías científicas; al mismo tiempo un personaje cristiano quiere defender sus creencias a través de experimentos milagrosos pasando con sus pies por encima del brasas ardiendo. Al final se produce otro paralelismo entre los dos personajes. Uno y otro tema parecen estar muy alejados, como lo está sus protagonista de lo que ocurre fuera de su mundo, pero el choque entre ambos es inevitable.
Visualmente Ágora es impecable, cuidada estéticamente, con un uso de la técnica que no ofende al espectador haciéndole creer que está viendo un videojuego como ha ocurrido en recientes producciones. Amenábar cuenta su historia no sólo con las palabras sino con la cámara. Su indiscutible talento cinematográfico consigue que la cámara que sube a las estrellas ofrezca un impactante contraste entre la armonía del universo y la turbulencia de la tierra, al mismo tiempo que muestra la insignificancia de ese puntito imperceptible que somos los que nos creemos el centro del universo (otro de los temas del filme).
Así como Hipatia encontraba la respuesta a sus preocupaciones científicas en la elipse, la película de Amenábar tampoco es un círculo perfecto, sino una elipse con momentos más logrados que otros. La relación de la protagonista con su esclavo puede ser contada con tanta delicadeza en su comienzo como con innecesaria redundancia en el final con esos molestos flash-backs. Aunque, quién está seguro de que la perfección está en el círculo.
En conjunto, considero que es una película absolutamente recomendable que plantea muchos temas interesantes y que merece la pena ver en la pantalla de un cine para disfrutarla en toda su grandeza.

3 comentarios:

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  2. ¡Esta es la entrada que estaba esperando! Me alegra que te haya gustado la película. A mí aún me duran las reflexiones y la admiración. La lógica de las ideas que presenta me parece tan aplastante, tan nítida... Y la sensibilidad con la que lo hace es también muy especial. :)

    Este comentario es un poco corto pero tenía que escribirte algo después de ver esto.
    Seguiré atenta a las próximas entradas. Un beso.

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  3. Gracias por el comentario Elena. Ahora que han pasado veinticuatro horas desde que la vi y ya ha reposado un poco, tengo la sensación de haber visto una muy buena película. Otro beso para ti.

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