Los norteamericanos Coheed & Cambria
publican su octavo disco. Éste es el primero que no continúa la temática de las
Amory wars. Muy al contrario, The color before the sun es un disco más
personal y, por otro lado, luminoso; más accesible y, por momentos, menos
complejo; más melódico y menos agresivo. Las primeras escuchas del álbum
resultan algo desconcertantes, quizás por lo heterogéneo de sus composiciones,
por la sencillez de algunas estructuras y las melodías tan pegadizas, que
invitan a las continuas escuchas pero que dejan una sensación de desconcertante
insatisfacción.
Sin embargo debe de ser que el sol, la luz,
no nos permiten ver más, y sólo cuando nos acostumbramos a ella empezamos a
descubrir los colores, la riqueza. Es entonces cuando nos contagia el
entusiasmo, la emoción, la vitalidad de un disco que empieza a apoderarse del
tiempo y el espacio que nos rodea, y que ocupa cada momento de nuestro
pensamiento repitiéndonos sus melodías, sus voces, sus acordes.
Algunos han criticado este viraje hacia
estructuras y planteamientos más accesibles. Lo siento por los que no disfruten
de esta obra por ese motivo, pues esa sencillez sólo aparente es, más que un
inconveniente, una invitación.
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