martes, 10 de diciembre de 2013

La teoría de las nubes, de Stéphane AUDEGUY (2006)



Akira Kumo es un modisto japonés de 70 años que contrata a Virginie Latour para que le ayude a catalogar su biblioteca, en la cual atesora una enorme colección de libros sobre las nubes. Al tiempo que ella comienza a realizar esa tarea, Akira Kumo le cuenta varias historias relacionadas con las nubes: la de Luke Howard, el primer científico en ponerles nombre; la de Carmichael, un pintor del siglo XIX obsesionado con pintarlas; la del matemático Lewis Fry Richardson; o la del hombre cuyo misterio persigue Kumo, Richard Abercrombie, pues es el autor del único libro que no posee, ya convertido en leyenda y que tiene como título Protocol, del que incluso se desconoce su contenido.

Al mismo tiempo, Akira Kumo va desvelando su propia historia, cuyo origen está encadenado a otra nube, ésta creada por el hombre: la de Hiroshima. 

La teoría de las nubes fue una novela de enorme éxito en Francia. Se trata de una historia formada a base de relatos que tiene como puntos álgidos dos de ellos: el de Abercrombie y el del propio Kumo. A pesar de ello, quizás el relato menos trascendente y el que ocupa menos espacio en el libro, la historia de Lewis Fry Richardson, resulta especialmente conmovedor por tratarse de un acertado retrato del fracaso. 

El tono de la novela es bastante templado, en parte a causa de un narrador que no cede la palabra a los personajes, lo que le otorga un cierto aire de cuento. Si bien ese tono resulta agradable, el relato no llega a emocionar pero tampoco decae. El relevo de historias mantiene constantemente el interés con algunos hallazgos expresivos destacables. De todas ellas, la que se refiere a la infancia de Kumo quizás sea de las más logradas.

Uno de los planteamientos más atractivos de la novela, en mi opinión, está en la idea que opone la existencia de las nubes (lo permanente, lo eterno), siempre por encima, frente a la vida de los humanos. Y por otro lado, en el retrato de la obsesión de algunas personas que intentan captar lo inasible, lo cual les lleva al fracaso, a una constante sensación de derrota, ya que abandonan lo humano, la vida que les rodea, por alcanzar lo que está más allá de sus posibilidades. 


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