Una historia como esta necesitaba
ser contada. Rodríguez, un músico al que contratan para grabar un disco a
comienzos de los 70 y del que esperan un éxito espectacular, pues creen que es
un artista único y con un enorme talento, no consigue ninguna repercusión. Tampoco
con su segundo disco. Poco después desaparece para siempre. Nadie en Estados
Unidos sabe nada de él. Nadie lo recuerda ni lo conoce. Uno como tantos que
pasa sin pena ni gloria y del que nadie se vuelve a acordar.
Pero al mismo tiempo, en
Sudáfrica, se convierte en el artista más famoso del momento; más que Bob
Dylan, más que los Rolling Stones, más que Elvis. Sin embargo, a pesar de haber
vendido millones de discos la noticia no sale de allí.
Unos aficionados a la música y
periodistas intentan averiguar cómo es posible que no se llegase a saber jamás
que Rodríguez era una superestrella en Sudáfrica. Se cuentan muchas historias
sobre cómo murió Rodríguez: se pego un tiro en el escenario, se prendió fuego,
murió víctima de las drogas…
La fascinante historia de este
extraño músico es una lección de vida. Emocionante, sorprendente, apasionante,
triste y hermosa.
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