SONETO XXIII
En
tanto que de rosa y de azucena
se
muestra la color en vuestro gesto,
y
que vuestro mirar ardiente, honesto,
con
clara luz la tempestad serena;
y
en tanto que el cabello, que en la vena
del
oro se escogió, con vuelo presto
por
el hermoso cuello blanco, enhiesto,
el
viento mueve, esparce y desordena:
coged
de vuestra alegre primavera
el
dulce fruto antes que el tiempo airado
cubra
de nieve la hermosa cumbre.
Marchitará
la rosa el viento helado,
todo
lo mudará la edad ligera
por
no hacer mudanza en su costumbre.